En gran parte, somos el resultado de la interacción con las personas que hemos conocido a lo largo de los años. Gracias a ellas, aprendimos lecciones invaluables y pudimos alcanzar logros que no hubiéramos podido conquistar sin su ayuda. Por eso, no es exagerado decir que el hecho de relacionarnos puede cambiar nuestra existencia.
Construir una “red de contactos” es una práctica que, por lo general, asociamos al ámbito profesional. Pero, en este texto, te proponemos abordar ese tema desde otro punto de vista, que puede hacerte reflexionar acerca de la importancia de generar vínculos sólidos en nuestras vidas.
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¿Qué Son las Redes de Contactos?
Para hablar de ese concepto, partiremos de algunas de las ideas que el consultor de marketing Keith Ferrazzi desarrolla en su libro Nunca comas solo. Como su nombre sugiere, se trata de una obra dedicada al networking, pero desde un enfoque más bien holístico y no orientado de manera exclusiva al mundo de los negocios.
El autor sostiene que para ser exitosos (cualquiera sea el modo en que entendamos esa idea) no bastan la inteligencia, el talento, los orígenes o el capital con que se empieza. Si bien reconoce que eso es importante, afirma que de nada servirá si quien posea esas ventajas no entiende una idea clave: que no se puede triunfar solo. Todos necesitamos de la ayuda de los demás, y a su vez también debemos colaborar con otros para aportar al mundo eso que solo nosotros le podemos dar.
“Toda persona es una oportunidad para ayudar y ser ayudado”. Del libro, Nunca comas solo de Keith Ferrazi. Buenos días y la mejor semana posible a todos ustedes.
— Miguel Sogbi (@MiguelSogbi) May 24, 2021
En consecuencia, Ferrazzi entiende a una red de contactos como al resultado natural de asumir nuestra naturaleza humana y reconocer que todos somos interdependientes. De hecho, como vimos en el post acerca del libro Empieza con el porqué, ese espíritu tribal fue el que permitió la supervivencia de nuestra especie hasta estos días. Así, podemos definir a una red de contactos como una serie de individuos ligados por los lazos de la sinergia, en una unión donde el todo es más que la suma de sus partes.
Por lo tanto, el autor define a la construcción de una red de contactos como una forma de colaborar con otros. No tiene nada que ver con la manipulación, sino que es una manera de enriquecer la propia vida y la de los demás. Ferrazzi señala que se trata de una de las habilidades más importantes para expresar al máximo nuestro potencial, y que todos podemos —y debemos— aprenderla.
¿Cómo Construir una Red de Relaciones?
Para el autor, en esencia, el networking se trata de conectar con otros; esto es, compartir tiempo, conocimientos y recursos, de una manera sincera y comprometida. No debe conducirnos un enfoque transaccional, sino uno relacional; no se trata de vendernos, sino de lograr una conexión genuina. Las relaciones saludables se construyen en torno a la confianza, y nos ganamos ese voto de fe no preguntando qué pueden hacer los otros por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por ellos.
Y, si bien es importante que alimentemos los vínculos con nuestro entorno más cercano, una red de contactos sólida abarca también a las personas que se encuentran más allá de ese núcleo íntimo. De hecho, a veces, las personas que son conocidas y no amigas son las que más pueden ayudarte en un determinado tema. ¿Por qué? Porque con nuestras relaciones más próximas, por lo general, nos movemos dentro de un mismo ámbito donde frecuentamos al mismo círculo social y tenemos acceso a los mismos datos. Por eso, conocer a personas que pertenezcan a escenarios diferentes, además de enriquecer tu mundo, te puede abrir la puerta hacia oportunidades insospechadas.
Plan de Acción Para Ampliar tu Red de Contactos
Para hacer crecer tu red de contactos de una manera que sea valiosa tanto para vos como para la gente con la que te relaciones, el autor propone un plan que divide en tres pasos. En la primera etapa, debés hacer una autoevaluación realista, que identifique tus fortalezas y debilidades, cuáles son tus talentos y cómo podés aprovecharlos para crecer en tu ocupación actual, o para iniciar un nuevo camino si es que así lo deseás.
Luego, debés detallar tus metas a corto, mediano y largo plazo. Es imprescindible que sean muy concretas, y que establezcas criterios que te permitan medir periódicamente si estás avanzando hacia ellas o no. Además, ¡es muy importante que las escribas! Todo empieza por un deseo, pero, como advierte Ferrazzi, “un deseo que no está escrito no es más que un sueño. Cuando lo escribes, se convierte en un compromiso”.
A continuación, en la segunda etapa, tenés que conectar esas metas con las cosas, lugares y personas que están relacionados con ellas. Una vez que tengas esa información clara, es necesario que hagas una lista con los contactos que pensás que te pueden ayudar a avanzar en tu recorrido.
Finalmente, la tercera etapa consiste en determinar la mejor manera de abordar a esas personas. Recordá que la premisa fundamental de este enfoque es que ambas partes deben ganar. Por eso, asegurate de pensar de qué manera podés aportar valor a aquellos con los que busques relacionarte.
¿Por Qué Es Importante Desarrollar una Red de Contactos?
Si bien el autor admite que generar una red de relaciones no es lo único que tenemos que hacer para triunfar, afirma que esa acción ofrece —entre otros— los siguientes beneficios:
- Nos impulsa a desarrollar aquellas cualidades que nos hacen únicos. Nadie puede dar lo que no tiene y, a menudo, eso no se trata de cosas materiales, sino de conocimiento y experiencia en una determinada materia.
- Aunque por momentos pueda ser cansador, nunca será aburrido o en vano, porque nos dará la posibilidad de aprender sobre los demás y sobre nosotros mismos.
- Nos permite estar informados acerca de temas que no necesariamente forman parte de nuestro campo de desempeño, pero que pueden llegar a sernos útiles en algún momento.
Ferrazzi dedica su libro a demostrar que relacionarse es un estilo de vida, y que el fin del networking es contribuir con el mundo a través de nuestras relaciones. Y, aunque reconoce que no es una tarea fácil y que habrá muchos tropiezos a lo largo del camino, nos invita a intentarlo. En sus propias palabras, “todos fracasamos alguna vez. No se trata de elegir entre el fracaso y el éxito, sino de elegir el riesgo y aspirar a la grandeza, o no tomar ningún riesgo y asegurarnos la mediocridad”.