5
(8)

Por lo general, le damos a la palabra optimización una connotación positiva. Y, sin duda, la tiene; el problema es cuando asignamos tiempo y recursos para optimizar factores específicos de un sistema antes de ocuparnos de otros que resultan más críticos y son la base donde se asientan aquellos. Usando una analogía muy popular, es como si empezáramos a construir una casa por el tejado. O pensáramos cómo decorarla antes de contar siquiera con un plano de su estructura.

Aunque parezca un juego de palabras, en este texto vamos a analizar cuál sería la mejor manera de realizar un proceso de optimización óptimo. Es decir, una serie de acciones que puedan reportarte ganancias en lugar de pérdidas innecesarias y evitables.

¿Qué es la Optimización Prematura?

Para empezar, vamos a hablar de uno de los tipos más conflictivos y potencialmente perniciosos de optimización: la optimización prematura. Se trata de un concepto asociado a la programación y popularizado por Donald Knuth, una de las figuras más relevantes dentro del campo de las ciencias de la computación. La definición dada por el profesional es que el 97% de la optimización que se aplica sobre un sistema antes de tiempo es, en sus propias palabras, “la raíz de todos los males”.

Podríamos decir que, por definición, cualquier medida que es prematura trae consigo algún tipo de problema, dado que surge antes de tener la madurez necesaria para demostrar su relevancia dentro de un conjunto integral de elementos. Sin embargo, de la misma frase citada arriba se desprende que, en el 3% de los casos, la optimización en una etapa temprana puede resultar útil.  Como en otros planos de la vida, en lo que respecta a optimización pocas cosas son absolutamente blancas o negras. Existe una serie de “grises” o excepciones; por eso, es muy importante contar con la ayuda de un profesional que pueda ayudarte a reconocerlas.

Y, si bien la expresión de optimización prematura nació dentro del ámbito de la programación, es aplicable a cualquier tipo de actividad. Muchas veces, nos perdemos en detalles triviales que no impactarán de modo significativo en la performance de un negocio. Mientras que, por otro lado, descuidamos aquellos que son cruciales para su desarrollo y su escalabilidad.

¿Cómo Realizar Un Proceso de Optimización de Manera Eficiente?

A veces, no solo llevar a cabo una optimización prematura es el problema. Una vez que algo ya se encuentra en funcionamiento —sea que se trate de un sitio web, una aplicación, un producto, un servicio o una organización de cualquier tipo—, en ocasiones caemos en la tentación de hacerle un agregado que, tomado de manera aislada, puede ser bueno. Pero que, al ponerlo en relación con todos los componentes de una estructura existente, puede ocasionar más perjuicios que beneficios.

En todos los casos, cuando deseamos añadir un elemento a una creación que ya está en marcha, debemos preguntarnos —con una mano en el corazón y una mirada objetiva— si hacerlo es realmente necesario. No es raro que descubramos que el esfuerzo que demanda hacer esa modificación no aporta una ventaja que lo justifique. Y, peor aún, puede introducir un factor de complejidad superfluo que puede atentar contra la experiencia de usuario.

Así como en esas ciudades que se van desarrollando con la progresiva incorporación de construcciones que no guardan coherencia entre ellas, y cuya imagen desde una perspectiva global resulta carente de armonía, lo mismo puede pasar con un negocio y con todo lo que forma parte de su presencia digital.

¿Cómo Puede Ayudarte un Especialista en Optimización?

Es habitual que quien pone en marcha un emprendimiento, por inexperiencia o por haber contado con un asesoramiento incorrecto, no siga el orden que más lo puede beneficiar a la hora de diseñar aquellos elementos cruciales para su desempeño online, como su sitio web. Además —y es lógico que ocurra— uno tiende a enamorarse de sus ideas, aunque no sean las más funcionales a sus objetivos comerciales.

Es por eso que, en primer lugar, un equipo que se especialice en procesos de optimización puede ayudarte a evaluar tu situación actual. Y, en base a eso, aplicar su conocimiento y su creatividad para determinar qué es lo que se debe mantener tal como está y qué deberías cambiar. También, de ser necesario, qué cosas sería más provechoso eliminar. Esto se logra con herramientas tales como una auditoría, que proporciona un diagnóstico claro y basado 100% en datos acerca de si estás distribuyendo tus recursos de la manera más eficiente posible.

Por supuesto, un asesoramiento profesional serio deberá tomar en cuenta cuáles son las metas que pretendés alcanzar a corto, mediano y largo plazo. Y, de esa manera, diseñar un plan de optimización donde ninguna acción resulta aislada. Por el contrario, todas se encuentran interrelacionadas entre sí y actúan de forma sinérgica.

Asimismo, puede suceder que un negocio con una cierta trayectoria necesite, por algún motivo, redefinir su estrategia digital, o de marketing en general. Aquí se corre el riesgo de caer en dos tipos de prácticas que no siempre generan los mejores resultados. Una de ellas es la de colocar “parches” sobre la estructura existente; y otra, la de eliminarla y comenzar absolutamente desde cero. Ambas prácticas, si bien son válidas en casos puntuales, pueden causar más daño que otra cosa si no están respaldadas por un análisis riguroso donde hayan demostrado ser las mejores opciones.

Como te habrás dado cuenta, este es un tema complejo y amplio, pero hay algo fundamental que queremos que te lleves de esta lectura. Sea cual sea tu rubro de negocio, y la etapa de desarrollo en que te encuentres, la clave para avanzar hacia un norte definido y no dispersarse es determinar cuáles son los elementos críticos en los que debés enfocarte. Y nosotros podemos —y queremos— ayudarte a lograrlo, así que estamos acá para recibir tus consultas sobre este tema.

¿Qué te pareció el artículo?

¡Queremos saber tu opinión!

Ayudanos a mejorar

¿Cómo podemos mejorar este artículo?

Pin It on Pinterest